Promesas no cumplidas

Como lo he mencionado con anterioridad, lo religioso ya esta en nuestras genes.

Como religiosos que somos creemos que tenemos derecho a que todo lo prometido se nos sea cumplido.

 

¡Ah mortales, no podíamos estar mas equivocados!

 

DIOS no cumple caprichos, por lo tanto tengo una mala noticia: es probable que no recibas lo que estés pidiendo.

 

Aunque renuncies, aunque no aceptes estas palabras, es la realidad.

No lo digo yo, solo cito Hebreos 11:39: Y todos estos…no recibieron lo prometido.

 

Fue como un balde de agua fría cuando caí en cuenta que es una realidad, no todo lo que pida se me cumplirá, aun cuando ha sido una promesa.

 

Esa es la maravilla de DIOS.

Ese es el precio de ser seguidor de Jesús.

 

El espera que lo sigamos por lo que El es, no por lo que nos pueda dar.

Pero en nuestras culturas donde lo común es pedir, eso choca con nuestras más entrañables creencias.

 

¿Cómo es posible que DIOS no me de lo que le estoy pidiendo?

¿Es acaso DIOS mentiroso?

¿Pero si El no es hombre para arrepentirse?

¿Pero si El me lo prometió?

¿Entonces para qué me hice cristiano?

 

Bueno amigos, esa es la realidad.

 

El seguir a DIOS no debe ser motivado por lo que recibo, sino por lo que doy.

Por ver los ojos de los que reciben los milagros.

Por ver las sonrisas de los que les son contestadas las peticiones.

Por los demás, no por mí.

 

Debo vivir para que otros alcancen sus sueños, sus metas, sus milagros, que de lo mío se encarga DIOS.

 

Preguntémonos entonces si estamos aptos para el reto.

Como dice mi papá, aquí es donde la tuerca empieza a apretar.

 

 

2 Corintios 6:10 “…como pobres, pero enriqueciendo a muchos, como no teniendo nada, mas poseyéndolo todo.”

 

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