De mi lectura de C. S. Lewis...


Ok, me estoy cansando de leer este Mere Christianity de C. S. Lewis. Es muy duro y lastima mi conciencia. Me dice verdades que he querido esquivar por muchos años. Creo que lo dejaré de leer. Pero antes de dejarlo a un lado les comparto algo que llamó mi atención:

En el capítulo “Las 3 partes de la moralidad” el autor nos insta a no sobreponer nuestros propios conceptos sobre los de los demás y dice:
  • ·         Cualquier clase de “perfección” es para los humanos un ideal. No podemos ser exitosos en querer ser perfectos.
  • ·         Así como tenemos derecho a tener diferentes gustos en los sabores, también en los ideales.
  • ·         La moralidad se enfoca en 3 cosas: las relaciones entre seres humanos; relación del ser humano consigo mismo, la relación del ser humano con su creador.


En el capítulo de “Las virtudes cardinales” Lewis exhorta a que sólo porque alguien catalogue algo de “no apto” para esa persona, no significa que esas cosas en sí son malas. Y comenta:
  • ·         Él (Dios) quiere un corazón de niño pero una mente de adulto.
  • ·         Él tiene lugar para gente con poco sentido, pero quiere que usemos todo el sentido que podamos.
  • ·         Podemos creer que Dios quiere simplemente obediencia a ciertas reglas, cuando en realidad lo que busca es persona con ciertas virtudes. (Aquí hace mención de un jugador que entrena y se vuelve bueno por la práctica y no alguien que por casualidad hace algo bueno en el deporte.)


En el capítulo de “Moralidad Social” C. S. Lewis dice:
  • ·         La Regla de Oro es una suma de lo que todos, en el fondo, siempre han sabido que es correcto.
  • ·         La caridad- darle al pobre – es parte esencial de la moralidad Cristiana.
  • ·         Si nuestra caridad no nos incomoda, debo decir que es muy poca. Debemos querer hacer ciertas cosas y no poder hacerlas debido a que nuestro gasto para caridad nos lo impide.
  • ·         Para muchos de nosotros el gran obstáculo para dar descansa, no en nuestro lujoso estilo de vida o nuestro deseo de más dinero, sino en nuestro miedo – miedo a la inseguridad.
  • ·         Una sociedad cristiana no llegará hasta que realmente la queramos, y no la querremos hasta que seamos verdaderamente cristianos.


Podría seguir pero creo que estos últimos pensamientos si están difíciles de asimilar. Cuando deje el libro les cuento. Mientras tanto seguiré leyéndolo.


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