2 razones para involucrarse en las artes seculares – Parte 1
Antes de explicar las dos razones para involucrarse en las artes
seculares o no cristianas es importante leer Filipenses 3 y Hechos 22 para
conocer más sobre la educación de Pablo.
Con eso en mente quiero centrarme en un pasaje de la biblia
donde se cuenta una anécdota de Pablo. En el libro de Hechos capítulo 17 y
versículo 16 se narra una experiencia de Pablo en su viaje a Grecia, Atenas
específicamente. Pero léelo por ti mismo y no dejes que yo te lo cuente:
Mientras Pablo los
esperaba en Atenas, le dolió en el alma ver que la ciudad estaba llena
de ídolos. Así que discutía en la sinagoga con los judíos y con los
griegos que adoraban a Dios, y a diario hablaba en la plaza con los que
se encontraban por allí. Algunos filósofos epicúreos y estoicos
entablaron conversación con él. Unos decían: «¿Qué querrá decir este
charlatán?» Otros comentaban: «Parece que es predicador de dioses extranjeros.»
Decían esto porque Pablo les anunciaba las buenas nuevas de Jesús y de la
resurrección. Entonces se lo llevaron a una reunión del Areópago.
—¿Se puede saber qué
nueva enseñanza es esta que usted presenta? —le preguntaron—. Porque nos viene
usted con ideas que nos suenan extrañas, y queremos saber qué significan.
Es que todos los
atenienses y los extranjeros que vivían allí se pasaban el tiempo sin hacer
otra cosa más que escuchar y comentar las últimas novedades.
Pablo se puso en medio
del Areópago y tomó la palabra:
—¡Ciudadanos
atenienses! Observo que ustedes son sumamente religiosos en todo lo que
hacen. Al pasar y fijarme en sus lugares sagrados, encontré incluso un
altar con esta inscripción: A un dios desconocido. Pues bien, eso que ustedes
adoran como algo desconocido es lo que yo les anuncio.
»El Dios que hizo el
mundo y todo lo que hay en él es Señor del cielo y de la tierra. No vive en
templos construidos por hombres, ni se deja servir por manos humanas, como si
necesitara de algo. Por el contrario, él es quien da a todos la vida, el
aliento y todas las cosas. De un solo hombre hizo todas las naciones para que
habitaran toda la tierra; y determinó los períodos de su historia y las
fronteras de sus territorios. Esto lo hizo Dios para que todos lo busquen y,
aunque sea a tientas, lo encuentren. En verdad, él no está lejos de ninguno de
nosotros, “puesto que en él vivimos, nos movemos y existimos”. Como algunos
de sus propios poetas griegos han dicho: “De él somos descendientes.”
»Por tanto, siendo
descendientes de Dios, no debemos pensar que la divinidad sea como el oro, la
plata o la piedra: escultura hecha como resultado del ingenio y de la destreza
del ser humano. Pues bien, Dios pasó por alto aquellos tiempos de tal
ignorancia, pero ahora manda a todos, en todas partes, que se arrepientan. Él
ha fijado un día en que juzgará al mundo con justicia, por medio del hombre que
ha designado. De ello ha dado pruebas a todos al levantarlo de entre los
muertos.
Cuando oyeron de la
resurrección, unos se burlaron; pero otros le dijeron:
—Queremos que usted
nos hable en otra ocasión sobre este tema.
En ese momento Pablo
salió de la reunión. Algunas personas se unieron a Pablo y creyeron.
Entre ellos estaba Dionisio, miembro del Areópago, también una mujer llamada
Dámaris, y otros más.
Atenas era el centro cultural de esa era. Las artes, en
todas sus expresiones se congregaban en esa ciudad. Como decir Hollywood para
el cine, Nashville para la música o Paris para la moda. En fin Atenas albergaba
a todas estas y mucho más.
Especialmente la filosofía tenía su auge en el tiempo en que
Pablo visitó Atenas. Los artistas de esa época se expresaban a través de la
filosofía. Por lo tanto, si querías ser alguien reconocido tenías que
pertenecer a alguna corriente filosófica.
Y Pablo se estaciona ahí. En medio de ese mundo pagano. Con
esto en mente analicemos las frases y palabras subrayadas.
…le dolió en el alma ver
que la ciudad estaba llena de ídolos.
A Pablo le dolió el alma ver que la ciudad estaba llena de
ídolos. Y para notar los detalles es porque le dedicó tiempo a recorrer las
calles, avenidas, mercados y demás. En el verso 22 dice Pablo que “observaba” lo
que significa: Mirar o examinar con
atención. Darse cuenta de un hecho. Prestaba atención a los detalles, se
tomaba el tiempo para analizar. En el verso 23 dice que se fijaba. Mirar: Eso
lo hacemos a diario tu y yo, pero ¿observamos de tal manera que nos causa dolor
de alma ver los ídolos?
Así que discutía
en la sinagoga con los judíos y con los griegos…
La siguiente oración del relato nos da una luz: Así que. Es
decir que después de ver la ciudad y que le doliera el alma, regresaba con los
cristianos y discutía con ellos. ¿De qué? ¡Pues de lo que estaba ocurriendo en
Atenas! De cómo hacer para proclamar las buenas nuevas de salvación.
¿Discutimos nosotros con nuestros amigos cristianos de cómo podemos alcanzar
nuestra ciudad, barrio, colonia, escuela, universidad?
…a diario hablaba
en la plaza con los que se encontraban por allí.
La discusión no solo quedaba en eso. No. Sino que después
venia la acción. Dice el relato que Pablo a diario hablaba en la plaza. A
diario. Discutía y salía. Discutía y salía. A diario. ¿Cuáles acciones estamos
tomando después que discutimos con los cristianos sobre el tema de los ídolos?
¿Salimos o nos escondemos en las 4 paredes de nuestra casa o iglesia?
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