El camino de las vacas
Recuerdo que a mi esposa le dijeron que ella tenía que esforzarse.
Que no dependiera de un vehículo para transportarse a la iglesia. Hoy recordábamos esa anécdota.
Y recordamos las
veces que salimos de la casa caminando a las 1:15pm con dos de nuestras hijas
para poder estar a tiempo en la Facultad de Liderazgo de Fraternidad Cristiana de Guatemala. Caminábamos 30 minutos bajo el sol del medio día, inventándonos historias
para que nuestras hijas no se exasperaran.
Cada vez que cerrábamos la puerta de la casa orábamos para
que Dios nos guardara y dábamos gracias por nuestro vehículo. Gracia, nuestra hija
menor en ese entonces, siempre preguntaba si ese día Dios nos proveería el vehículo. Y nosotros con más duda que fe respondíamos que en cualquier momento
Dios lo mandaría.
Después de la Facultad, nos quedábamos al ensayo del Coro de
Niños de La Fráter. Al finalizar este, aprovechábamos el viaje para quedarnos
al servicio de las 6:00pm. Y el mismo camino recorríamos en la noche de regreso
a nuestra casa.
Las historias se repetían junto con las oraciones a Dios y
las preguntas de las niñas.
Durante más de un año, sábado a sábado y algunos domingos,
recorrimos “el camino de las vacas” (nombre dado por Gracia por una distribuidora de
leche en el camino a la Fráter) con la esperanza de la provisión de Dios.
Hoy mi esposa fue a dejarnos a Amanda, Gracia y a mi a la
Iglesia para poder estar a tiempo para la Facultad de Liderazgo, donde Amanda
es asistente del maestro y luego quedarnos al ensayo del Coro de Niños, y
posteriormente al servicio de las 6:00pm. Nos dejó y se regresó en el
vehículo que Dios nos proveyó. Ella regresó más tarde a servir en el área de
Pequeños Gigantes junto con Paola, nuestra bebe recién nacida.
Y hoy mientras recorríamos el camino de las vacas recordamos
esas palabras dichas por mucho tiempo hace mucho tiempo. Era necesario pasar
por ese proceso de aprendizaje. Quienes dieron el consejo no lo vieron, pero
llegó a pasar.
Este artículo se lo dedico a mi esposa y 2 de mis hijas por
esas tardes de caminata semi-obligadas. Por esos momentos de flaqueza que forjó
nuestra esperanza. Por las interminables pláticas que nos hicieron soñar. Por
aquellos “en cualquier momento…”, porque llegaron y faltan muchos por llegar.
Dios te bendiga Dajanny, y que todos esos "en cualquier momento" se cumplan uno a uno. Adelante que lo mejor esta por venir. Un abrazo.
ResponderEliminarHERMANITO, este es el DIOS al que servimos,
ResponderEliminarEl DIOS de ABRAHAM DE ISAAC Y DE JACOB, AHORA tu DIOS.
Servirle es lo mejor que podemos hacer,para hacer realidad su vida en nosotros.
Que hermoso ver en el HOMBROTE que te ha convertido, pero para mi mi hermanito. Te amo .
Gracias a Dios por esos caminos que sirven para meditar, para crecer... muchas veces uno preferiría no pasar por ellos, pero son necesarios.
ResponderEliminarUn abrazo, linda reflexión.