Yo era huérfano...
Hace unas semanas se celebró en varias iglesias el Domingo
del Huérfano. En La Fráter, iglesia a la que asisto, en la que sirvo y donde
trabajo, también se dedicó un domingo al tema de los huérfanos bajo el enfoque
de lo que la Biblia dice sobre ellos.
Durante la prédica se mostraron varios videos que ayudaron a
transmitir el mensaje. Uno de ellos sobre las actividades que las células de La
Fráter realizaron en las casas hogar. Puedes ver el video aquí.
Otro, donde Carlos González cuenta su historia de cómo su
papá abandonó a su mamá y ella muere cuando él tenía 9 años. Y cómo Dios tuvo cuidado del él a través de
una señora que lo adoptó como hijo. Puedes ver el video aquí.
Y un tercero sobre la campaña que se realizó en Estados
Unidos sobre el domingo del huérfano. Mira la prédica completa aquí.
Mientras el equipo de TV realizaba los videos, yo que por mi
trabajo tuve que estar involucrado en ello, empecé a hacer memoria de mi propia
historia de orfandad.
Mi madre biológica murió cuando yo estaba por cumplir 3
años. Mi papá quedó viudo con 4 hijos.
Cuentan las historias que en ese período de viudez, mi papá,
sin nada que darnos de comer, nos dio té de hojas de limón para causarnos
sueño, y así no darnos de comer.
Pero todo cambió cuando un tiempo después mi papá se casó
con quien yo considero mi mamá. Ella nos cuidó desde que llegó a la casa,
incluso, cuentan que desde mucho antes. Dios la mandó para que mis hermanos y
yo tuviésemos esa figura de madre que nos hacía falta.
Mientras en La Fráter realizábamos los videos no pude dejar
de pensar en todas esas veces que mi mami veló por mí. Por mi salud, por mis
estudios, por mi educación. No pude dejar de pensar en el sacrificio que ella
tuvo que hacer al irse a vivir a en medio de la nada, literalmente, después de
vivir en una casa con paredes se bloc, cuando la nueva casa tenía paredes de
madera. Puertas hechizas con pedazos de tablas. Piso de tierra, sin agua, sin
luz.
Hoy quiero honrar a mi mami por todo el esfuerzo,
dedicación, sacrificios y todo aquello que los padres hacen que los hijos no se
dan cuenta.
Ahora que vivo en otro país diferente al de ella, anhelo
mucho decirle lo agradecido que estoy con Dios por haberla puesto en mi camino,
darle un fuerte abrazo y recordarle lo mucho que la amo.
De pequeño fui huérfano, pero dejé de serlo cuando alguien
amó a Dios de tal manera que se dejó usar por él para cambiar el rumbo de un
niño de 2 años y 9 meses.
Gracias mami.
Bello testimonio! Gracias por compartirlo.
ResponderEliminarDios en fiel Aida! Gracias por comentar! :)
EliminarGloria a Dios!! Que bonito relato Imgard. Que el Señor lo continúe bendiciendo!!
ResponderEliminarAsí es, gloria a Dios! Gracias por comentar!
EliminarWOW¡ Tu historia me sacó lágrimas¡ Que bueno existan mujeres como la que te formó y se esforzó y se sacrificó por ti a pesar de no unirlos un lazo sanguíneo en la tierra, pero también que bueno que existen hijos como tu que puedan reconocer y honrar a esas mujeres enviadas por Dios a nuestras vidas para que ya no esté sobre nosotros ese estigma de huérfano (yo viví algo similar a ti) ; que bueno que reconozcas ese sacrificio de esa gran mujer y borrar ese concepto que todas las madrastras son malas¡¡.... Aunque viéndolo bien Dios no te envió una madrastra te envió una madre la cual ya había designado para ti para este tiempo y para que tus hijos pudieran disfrutar del amor de una abuelita.... Mis respetos para ti por ese respeto que tienes por esa bendita mujer........bendiciones mi hermano¡
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