Los artistas y el cristianismo
El General, Naamán, fue un leproso que fue sanado por Dios.
Su historia está relatada en 2 de Reyes capítulo 5.
Desde hace mucho tiempo tengo entre ceja y ceja el tema de
las críticas lanzadas por cristianos a otros cristianos “famosos” por su
supuesta ambigüedad en su conducta. Solo quiero dejar algo claro: no estoy a
favor de ningún bando, solo en contra de la crítica destructiva.
Es sabido por todos que muchos artistas famosos han
entregado su vida a Jesús, lo cual debería ser celebrado por muchos, pero
lamentablemente es triste ver como otros tantos más solo se dedican a
desacreditar esas acciones.
Nadie está en la posición de decir quién es o no es salvo, o
qué confesión es genuina o no. Solo Dios. Solo él conoce los corazones.
Muchas personas quieren ver cambios en las personas que
dicen ser cristianas actuando como si fueran Dios. Pidiendo frutos dignos de
arrepentimiento. Se olvida que lo que Dios pide es obediencia (lo que no se ve) y no sacrificios (lo que se ve).
Hace unos días platicando con unas personas mencioné que el
problema del ser humano es que pone en pedestales a otro inmortal y le exige lo
que solo Dios puede dar, perfección. Y cuando no la da, porque es imposible, lo
critica y desprecia. Así es el ser humano.
Pero la historia de Naamán nos da una bofetada. Naamán
recibe sanidad y mostrando frutos de arrepentimiento le pide al profeta
llevarse un poco de tierra para ponerla en su casa y sobre esa “tierra santa”
ofrecer sacrificios a Dios a lo cual el profeta responde con afirmación.
Aquí podemos notar que a Naamán no se le exigió cambiarse de
país. No le llagaron con la frase de “como ahora sos cristiano, tienes que
dejar todo lo que de mundo”, se le permitió regresar a su hogar, a sus
amistades, a sus círculos de influencia, a su trabajo. Naamán regreso a donde
muchos dicen: “no es de cristianos” olvidando donde dice “Ustedes son luz en
medio de las tinieblas”.
De por si Naamán, si viviera en estos tiempos se le estaría
desacreditando por Facebook, Twitter y YouTube y algunos predicadores pasarían
buena parte de su tiempo de prédica arremetiendo contra Naamán.
Pero eso no es todo.
La historia continua taladrando las más arraigadas creencias
cuando al final de ese relato Naamán le cuenta al profeta acerca de su trabajo.
Siendo un general del ejército, su trabajo consistía en acompañar
al rey cuando el fuera a adorar a su dios pagano, y no solo eso sino que
entraba con el rey al templo pagano y se paraba frente al dios pagano. Cualquiera
que hubiera seguido a Naamán después del milagro en el río estaría retorciéndose
de la “ira santa” al verlo que aparentemente ni hubo cambio en su vida.
Al final el profeta solo le dice, ve en paz. Es todo lo que
va a necesitar. Paz.
Y los demás lo que necesitamos hacer es concentrarnos en ver
que nosotros no caigamos, así dice la escritura: el que crea que está firme,
mire que no caiga. Y eso no incluye las críticas.
Si vemos a uno que dice ser cristiano involucrado en esferas
que por tradición son consideradas del mundo, recordémonos de El General. Está
ahí con un propósito y no nos incumbe a nosotros saber ese propósito.
Recordemos lo que le dijo Jesús a Pedro cuando le pregunto por Juan: ¿A ti qué?
Me gustaría saber tu opinión al respecto.
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