De un "te amo" a un "te quiero"
El joven había empezado una amistad con una chica de su iglesia. Debido a que se veían frecuentemente platicaban por largo tiempo y eso fue creando un lazo de amistad sincero. Después de años de amistad y de interminables horas de pláticas, consejos, etc. la chica consiguió un pretendiente en otra iglesia lo cual hizo que las horas de conversación con el joven se redujeran a minutos, y luego a unas pocas palabras durante el día. Dentro del marco de la amistad el joven pasó de un “te quiero” a un “te amo” y de regreso a un “te quiero”. Para él fue doloroso, ya que el aprecio que le tenía a la chica era bastante, sin embargo aprendió que en la vida todo tiene un ciclo. Un tiempo de ser y de no ser. Él ahora trabaja arduamente para regresar al estado mental de que la chica ya tiene quien la aconseje. Quién la escuche y quién le diga “te amo” (mas no en el marco de la amistad). Bien lo dijo el Predicador, todo debajo del sol tiene su tiempo. Tiempo para ser ...